Descubrí que las muñecas de mi hermana cobran vida en la madrugada. Abandonan, delicadamente, la casita en miniatura de la habitación contigua y entran en la mía, semidesnudas, para colarse en el cajón de mis muñecos articulados. Hago silencio para no molestarlos y, con los ojos cerrados, escucho el sonido del plástico retorciéndose, galopante contra la caja de madera. Media hora más tarde, se retiran sonrientes y despeinadas, con su flexible cuerpo agotado y la misión cumplida.
El episodio se repite, indefectiblemente, noche tras noche, aunque hoy, promete ser diferente. Asomado a la puerta de mi cuarto, el alegre rostro plástico de la muñeca gigante que le obsequié a mi hermana por su cumpleaños, observa el grueso candado que coloqué en el cajón de los juguetes y me guiña un ojo. Todos duermen, excepto nosotros.
Las visitadoras, Martín Gardella.
Visiten el blog de Martín Gardella que proximamente sacará su libro de microrrelatos Intantáneas.
Excelente relato de Martín, como la mayoría de los suyos. En el otro lado del charco tambien esperamos sus instantáneas.
Gracias Gaby por publicar este micro que quiero mucho en tu blog! Y gracias a vos Victor, por seguir mis huellas hasta aquí. Saludos!
Gaby, te paso este blog de microrelatos para que veas…me parecio interesante,
http://letrascortas.wordpress.com/
[…] sus microficciones ya estuvimos hablando en otro post, así pues, avisados, a partir de las 19 horas, Corrientes 1543. Sala Dubrovsky, 3er […]