Paul Auster no para, ahora editaron su poesía completa. Seix Barral es la afortunada.
Acá pueden leer la nota que le hicieron en ADN hoy
Y algunos de sus poemas, acá:
Por Paul Auster / Traducción Jordi Doce
De Radios
1
Las raíces se doblan al paso del gusano
y el tamiz del reloj cohabita el corazón
del gorrión: Entre rama y aguja, la /palabra
menosprecia su nido, y la semilla,
mecida por confines aún más simples,
se niega a confesar.
Sólo el huevo gravita.
2
En el agua: mi ausencia en la aridez.
/Una flor.Una flor que define el aire.
En el pozo más hondo, tu cuerpo
/es mecha.
3
La corteza no basta. Envuelve
fragmentos redundantes, no le
/importa cambiar roca por savia, sangre
por azarosos borboteos,
mientras la hoja cuelga picada,
/ moteada
de aire, ¿y por cuánto más, surcada
o envuelta, entre el perro y el lobo,
por cuánto tiempo más habrá de
/ señalarle
al hacha su ventaja satisfecha?
De Exhumación
1
Junto con tus cenizas, las apenas
escritas, arrasando
la oda, las raíces instigadas, el ojo
extranjero; con mano idiota te arrastraron a la ciudad, te ataron
a este nudo de jergas
y no te dieron nada. Tu tinta ha
/aprendido
la violencia del muro. Desterrado,
pero siempre en el corazón
de este silencio solidario, pules las
/piedras
de tierra invisible y allanas tu lugar
entre los lobos. Cada sílaba
es obra del sabotaje.
10
Hielo (quiere decir
que ya nada es milagro,
si ha de ser lo que será: tú
eres los medios y la herida), hielo
saliendo de entre el hielo, y su cadencia
traspasando la tierra roma
donde los cuervos merodean. Dondequiera
que caminas, el verde te habla, resiste. /El silencio
sostiene al invierno frente a frente
con la primavera.
De Escritura mural
Noches blancas (fragmento)
Nadie aquí,
y el cuerpo dice: cuanto se diga
no debe ser dicho. Pero nadie
es un cuerpo igualmente, y lo que
/el cuerpo dice
nadie lo oye
sino tú.
Nevada y noche. La repetición
de un asesinato
entre los árboles. la pluma
se mueve por la tierra: ya no sabe
qué va a ocurrir, y la mano que la
/sostiene
ha desaparecido.
Escribe, sin embargo.
Escribe: en el principio
entre los árboles, un cuerpo vino
/caminando
desde la noche. Escribe:
la blancura del cuerpo
es del color de la tierra. Es tierra,
y la tierra escribe: todo
es del color del silencio. […]
Mentiras. Decretos. 1972
Imaginad:
la palabra reclutadora
que acampó en la miseria
de su cielo inaccesible;
a gritos de distancia,
continúa su guerra
en el tiempo.
Imaginad:
incluso ahora
no se arrepiente de su juramento,
incluso ahora
regresa tartamudo, sin testigos,
a su trono resucitado.
Imaginad:
los que fueron asesinados,
malditos y radiantes a sus pies,
esgrimen los cuchillos
de un silencio modesto, innato,
hasta el fondo
de las callejas de su boca.
Imaginad:
me dirijo a vosotros,
Desde el atardecer del primer día,
inmarchitablemente,
junto a la breve, humana mecha
de la resistencia.
De Fragmentos del frío
Siberiano
Sombra, arrastrada por lobos
y desmembrada, media vida más allá
de cada púa de alambre, ahora te veo,
magnética
delincuente polar, ahora comienzo
a hablar contigo
del jabalí salvaje
de los bosques del sur, del matorral
del roble y el abeto, del vaho de tomillo
y lavanda, llegando incluso
a la lava, escupida por las grietas
/del muro,
para que tú, a contravoz, perdida
en el frío
del más lejano asesinato, puedas
volver flotando
en tu balsa de hielo, transportando
el indecible cargamento
de indulgencias.
Cantera
No más que su canción. Como si
el cantar solo
nos hubiera devuelto a este lugar.
Hemos estado aquí, y nunca hemos
/estado aquí.
Íbamos de camino adonde comenzamos,
y nos hemos perdido.
No hay ninguna frontera
en la luz. Y la tierra
no nos deja palabras
que cantar. Pues el derrumbe de
/la tierra
bajo los pies
es una música en sí misma, y caminar entre estas piedras
no es oírnos
sino a nosotros mismos.
Canto, pues, sobre nada,
como si fuera el sitio
al que no vuelvo…
y si volviera, cuenta mi vida entonces
en estas piedras: olvida
que alguna vez estuve aquí. El mundo
que camina en mi interior
es un mundo fuera de todo alcance.
De Aceptando las consecuencias
Narrativa
Porque lo que sucede jamás sucederá;
y porque lo que ha sucedido
vuelve sin fin a suceder,
somos tal como fuimos, todo
ha cambiado en nosotros, si hablamos
del mundo es sólo
para dejar desdicho
al mundo. Primer invierno: manzanas /amarillas
aún por caer
de un árbol deshojado, las pisadas
de ciervos invisibles
en la primera nieve, y más tarde la
/nieve,
que no cesa. No nos arrepentimos
de nada. Como si pudiéramos permanecer en el silencio
de este único instante
de luz.
En memoria de mí mismo
Sencillamente haberme detenido.
Como si pudiera empezar
donde mi voz se ha detenido, yo mismo
el sonido de una palabra
que no puedo decir.
Tanto silencio
vuelto a la vida
en esta pensativa carne, en este rítmico
tambor interior de palabra:
tantas palabras
perdidas en el ancho mundo
de mi interior, y de ese modo haber
/sabido
que a pesar de mí mismo
estoy aquí.
Como si esto fuera el mundo..
[…] Estuve en la entrevista que le hizo Carlos Ruta, rector de la Universidad de San Martín, a Paul Auster el viernes. Desde ahí tuitié frases del mismísimo autor de La invención de la soledad, Sunset Park, La trilogía de Nueva York, Viajes por el Scriptorium, y otras novelas y poemas. […]