Fue quedándose en los silencios
cada día
cada cosa
y se volvió triste.
sus ojos pequeños
sus manos arcillosas
sus dioses muertos
y se volvió solo.
sin precisar el instante
lo ocultó la noche
y se volvió nada
el abuelotío.
José Campus. Antología esencial .
Del subsuelo Editores
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