Guitarra Negra reúne los poemas que Luis Alberto Spinetta escribió en los ´70. Es su primer y único libro de poesía. Su temática se centra en el ser y en la transformación. Se pueden leer las fuertes influencias de los poetas malditos y la parte más onírica del surrealismo.
El libro se publicó post Almendra, post Pescado Rabioso, post Invisible, fue en la época de Banda Spinetta, salió a la venta en 1978.
Fue editado por la editorial Tres Tiempos y luego hubo algunas reediciones. Una del 2006 contiene entrevistas y extras que no valen mucho la pena. La edición que yo tengo la conseguí hace unos años por Corrientes.
Hay una librería que solía tenerlo aún, la disquería que está sobre Corrientes antes de llegar a Rodríguez Peña, mano derecha, nunca me acuerdo el nombre, pero si caminaste Corrientes un poco, la conocés.
Más abajo les dejo el libro entero, aunque creo que la mejor poesía de Spinetta está en algunas letras como: Campos Verdes, Bajan y, claro, Rezo con Charly.
Éste es el video oficial de Campos Verdes, del ´69:
Ahora sí, el libro::::
Guitarra Negra
El carácter de esta poesía no depende de sus diversos estilos ni de
sus aciertos idiomáticos, sino de la luz espiritual que ella refleja…
Y aunque dos poemas guarden las mismas sensaciones y resuelvan
iguales inquietudes, son ante todo creaciones únicas, totalmente
acabadas.
En este libro ningún verso se asemeja al otro, todos tienen diferente
forma, cada uno de ellos realiza su propia cosmogonía; transmite
con particular elocuencia sus imágenes.
No obstante, en ellos hay siempre una plegaria y una sentencia, en
las que se define indisolublemente la sensibilidad de quien los
escribió.
G.P.
A mis padres
Y a mis hijos
ADVERTENCIA
Como nadie tiene conciencia del “control” de los manuscritos, y aun
de existir dicha conciencia, ésta no intervendría en mi obra, sino
como referencia simbólica a la licitud de la temática, propongo que
se olvide cada palabra a medida que ella se lea.
L.A.S.
PARTE PRIMERA
I
Yo nacía como un pato salvaje
pero era sólo consumación de brotes.
era eterno mi corazón eterna mi dicha
postrero el cuerpo para criaturarme.
Yo bebía de mi propia carne
como un secuestro de las razones no dadas.
Luego bebía de las viejas comarcas
ansiando que un suelo me proyectase desde la luz
como a un molino sensible
y el cielo me iluminaba
y yo ignoraba a los profetas.
Después me acomodaba en los látigos de la arena
detestando la sed infinita
obligándome dulcemente a echar del olvido al desierto
haciéndome fotos como ángel
como trueno
como especie inaudible de ritual corpóreo.
Y el silbido de mi viento interno,
eterno viento dentro de las uvas de las almas,
se consagró en los subsuelos del templo pagano
para perdurar en el antagonismo.
Ya que mis ramas carecen de rezos
Con los que al flotar se lea el horizonte.
II
Estoy en una playa
en la que los vientos hablan a mis oídos
en la que la arena se humedeció como una mejilla
y las botellas le han sido incrustadas.
Estoy tan amigablemente solo
mirando la orilla que va cambiando,
que escucho varias voces internas
y no sé cuál es la que me habla.
Es un momento para pensar en Dios
(comprender que somos parte de una totalidad que nos contiene).
Es la hora en la que toda luz se desespera por brillar
y toda mi sombra se estremece al sentirse sabida.
VOZ DE DIOS
Oigo su gemido de papiro
de suceso que dice
de inabarcable reposo,
de pensamiento.
Y le oigo desde aquí,
desde donde sólo soy su desierto.
Oigole desde el desierto se su alma,
desde la soledad del silencio
y desde las voces de la mía.
Es una flor transparente
murmurada por sus pétalos
y vociferada por su tallo.
Sencilla es su mirada que retorna.
Todos sus colores son la luz que se ahuyenta
y su forma que se corroe.
Más óigole decir innumerables veces:
“Yo soy de otro reino
venid a mí
venid a mí”.
III
La orquídea ha muerto
con su mano desierta e inquieta
que la ha estrangulado.
Un músico dormido
inclina su fatigada cabeza
pereciendo entre la neblina del teatro.
¡Este cuadro me asombra más que mi espejo
cuando oigo el roer de los monstruos que viran a mi cráneo!.
IV
Los puentes de mi conciencia
están desplegados de sus extremos
y flotan en el aire tibio
como cosas dispersas.
Unas tremendas manos vacías
sobresaltan mi soledad
haciéndola aún más inexistentes
pronunciando a tientas
las sucesivas muertes de mi alma,
mi alma de jarrón.
Hoy veo sólo la espuma
Sobre la que retozan
Los enternecidos desechos de mi esqueleto.
V
Pido disculpas a los días de Pascua
por haberme roto la boca
con el humo de la adormidera.
Pido disculpas
a la gloriosa peluca
por haberla pisado
con mi aplanadora de estiércol.
Pido disculpas
A la muerte
por haberme reído
mientras transcurría.
Pido disculpas
al enano
por haberle vomitado un calibre.
Pido disculpas
al blanco asiento
por haberle escrito
mi nombre con sangre.
Pido disculpas al ratero
por haberle robado
la joya robada
y haberla arrojado a su cráneo.
Pido disculpas
por haberme borrado
de la foto a pinchar.
Pero no pido disculpas
por la alegría que tuve
sin saber por qué.
VI
Ignoro quién era ayer yo mismo.
Quién se atrevió a venir en mí.
Pero sé quién soy ahora.
Y soy un corazón
una boca
y un espíritu.
VII
Voy a escribir un cántico
en el que la luz se funda
en el que el desierto llore
y los cielos se ondulen.
Voy a pronunciar la palabra.
Escribiré la carta para mis amigos
el grito para mis sombras
la primera caída y la última.
Encontraré tu corazón del otro lado
en el punto donde todo se junte
pues recogeré tu poema
y descansaré tu cuerpo.
Voy a buscar a la muerte para nacerla.
Alejaré de mi propia vaguedad el vórtice.
Voy a cantar a la luna rosa.
Haré un verso,
prometeré mi calma.
VIII
Disculpadme
trastos y martillos
por apretaros
y conmocionaros.
Esperadme sílabas
que de tanto pronunciar
os borro.
Ved en mí al sin igual terco
resucitando su diferencial demonio.
Y al patinador,
cómico deudo,
esqueleto incierto
de un cuerpo sin brillo.
PARTE SEGUNDA
LA MUJER
Una mujer
desde otra tarde,
salpicada por un profundo espejo.
Tirada en el abismo
con sus menstruos carmín
depositados en el limo natural
con la precisión de besos.
Una damisela realmente celeste.
Vestidos de espumas dilatados,
corsés rosa,
adornos y teñidos.
Una mujer con collares
con ojos manuscritos
con pezones labiales y suaves
con sombreros de pétalos tan claros.
Una mujer dada a su propio mundo,
mundo que la deglute
y que le da los rayos.
Le da canastos con frutas e hijos,
miembros que la deshacen
y la vuelven a nacer.
Barriletes en azoteas,
ligustros blancos.
Una mujer transportada es un misterio.
Donde rozan sus pies dialogan flores
y aparecen sangres.
EL MUSICO
Acongojado llora
con sus débiles dedos
la furia y el odio
y el lodo
que fue su origen.
Las cuerdas de su instrumento
como míseros revólveres
o quizá tendones de un dios ebrio,
cantan.
Y es sólo penumbras
el despertar de su hora tardía.
Y es sólo tiniebla
el entornar pequeño de sus ojos.
El músico está allí
donde el dolor no puede confundirse
con los ecos del demonio.
El músico es por fin
la tenebrosa ansiedad
de no volverse loco por el tiempo.
La vida que no recuerda nada,
el antiguo reloj en el que cayeron las lluvias.
Su soplido, fresco rechinar del abismo, cae.
Y su cuerpo de quimera y cárceles
va ensordeciéndose del cielo,
y quejándose de la soledad
que pudo por lo menos haber sido incomprensible.
Y así se materializan
los pensamientos del músico
como cruces que se encuentran
acostadas en el vientre.
Y las locas guirnaldas del verano
entreabren su pudor
53
Y se escucha el sonido.
LOS LOCOS
Los locos corren
por el pasto sin gritos
por la pradera venenosa
y por la piel, entre la luna.
Y los locos giran
sin temor al mareo.
De la casa al árbol,
de la ayuda al horror.
Cuando uno de los locos hable,
los cuerdo, retozando en la penumbra,
oirán el ruido
y verán las verdades.
Los locos que parecen aprisionados
por la muerte selecta del escándalo
tienen pechos rugosos
y bordeados de lumbre.
Y los locos lo saben.
Desde su atónito lenguaje,
por intersticios de meninges espectaculares,
los locos se precipitan
a paralizar el mundo de la muerte.
Aunque más no sea,
para sentarse a llorar.
No hay soles en sus días
y en sus noches
sobreviven los colores de un ojo que no los ha deseado.
Por eso,
y porque la ventosa de fuego
rebalsa de temor
ante la fantasía de los sanos;
el obturador de los locos está presto
como una lanza.
Y al perforarnos de una vez
con una certera puntada entre la vida y el cielo?
EN LA FERIA
Temible multitud
hombres avanzando
espacios muertos.
La delicia implacable
atrayendo cuerpos contagiosos.
Sobornados para no protestar
se reducen unos a otros
en la indescifrable grieta.
Pétalos serenos
agitan su temblor aguafuerte,
respirados por ciénagas.
Respirados ellos:
¿Por qué tiemblan?
La curva colosal
de un ave rápida
y el silencio todavía más vivo
estallarán al amanecer.
????? ????….
La curva terrena
es una esfinge
corrida en el oasis
por la lengua sedienta
que nunca intentó perdurar.
Parlanchines los cometas y el gentío.
Toboganes oidores del desecho.
Por eso, en la feria,
mediocre, el insulto es primero.
ZAGUAN
Pasan los euclidianos
satisfechos de su mérito.
Pasan los atormentados platónicos.
Los adormilados y hasta los imbéciles
Todos consumen sombra y contornos.
Los veo partirse desde mi boca fresca.
Luego, uno de ellos tira del hilo y dice:
– ¡ Pasan tiempos irreales!
EN EL BAILE
Una centena de sapos
bailan alegremente.
El sol ilumina sus cráneos
tan parecidos a los nuestros
y sus uñas
tan enormemente crecidas
como las uñas de un hombre.
Una muchedumbre de piojos
ejecuta una danza
y crece la temperatura de sus corazones
tan apropiados para los agujeros
que nos sobran,
y sus risas se elevan desde el balde.
Al abrir la puerta de la casa
cesan los zumbidos y los gritos.
Entonces se ve cómo la sirvienta barre
y acomoda las alfombras
mientras la melodía que musita el jardín
retumba entre los pliegues de la rumorosa corona.
PAISAJE
La carne nieva
vestida de perla
y los rostros se cubren de gases.
Las platas adornan.
El cuero gime.
La voz se quema en el patio
de las benedictinas.
El suelo baila.
La paz es hueca.
Dentro de su humo
se gesta un diablo sereno.
La fruta cuelga.
Los trozos del cielo
vuelan por el aire.
La piel se esparce
luciendo su hueso.
Y en los aljibes de la limosna
un gato masca las grises monedas
y el enterrador husmea
la ventana de tierra.
La calle resbala
desde la montaña
y el enjambre del verde
descubre su panza.
La paz es hueca
la paz es falsa.
Dentro de su humo
se engendra un diablo
se carcome el topo
se infarta el pájaro.
POBLACION
Van a venir a golpear
al torpe herrero
por haber devorado a su perro
tras la fonda del paredón blanco.
Irán a encontrarse
dos amantes innatos
que no se aman
pero conocen los lugares estériles
donde precipitar.
Detendrán a los viajeros
unos pregoneros borrachos
y los desnudarán
y les robarán las joyas.
Los chicos van a venir
a celebrar en las tumbas
con sus cumpleaños de gasa
sus gorros burlados
sus pasos de nieve.
Se juntarán las tristes hormigas
alrededor del charco de leche caída
sobre el trozo de carne olvidado.
Caminará el salcedote sediento
los faldones de tierra
que separan las verjas
de la iglesia sombría
a la que ya nadie acude.
El lobo aullará
despertando a la gente
y sólo será su quejido
motivo de vigilia y de espera.
Vendrán a quitarle los rostros
a la falsa abuela
y a la atónita bruja amnésica.
Entero acá:
http://www.ultimorecurso.org.ar/drupi/files/guitarranegra.pdf
El libro está editado por lamarcaeditora y se consigue en librerías. No está libre de derechos como para subirlo a internet sin permiso. La familia del Flaco recibe sus derechos de autor.
Hola Gaby, veo que trabajás en el mundo del periodismo, la comunicación y la publicidad.
Por eso me parece importante que sepas que la marca editora, que es una editorial activa, que cuida a sus libros y a sus autores, tiene los derechos exclusivos de publicación y difusión de este libro, Guitarra Negra.
No es legal publicarlo y difundirlo sin la debida autorización.
Spinetta eligió hacerlo a través de un libro, a través de esta editorial. Y no a través de un blog, el tuyo.
Entendemos que tu intención es buena, pero consideramos que se le pueden hacer mejores homenajes en este día tan especial…
Guido, el libro no está entero acá, puse un link de Internet, donde sí está, y más allá de ese, el libro se encuentra por todos lados en la web…
saludos