En New Pompey, Horacio Convertini la rompe. La novela cuenta la historia de Cali, un periodista que vuelve a su barrio, a la casa donde se crio, cuando mueren sus padres.
En ese ambiente fantasmal, representado en la casa, en las estufas, en los frascos de perfume, el olor de ellos, el protagonista asiste a una realidad concreta: dejar de ser hijo. Ante esta desolación, sumada a los conflictos no resueltos con sus padres y la separación de su novio, sólo puede sacarlo de allí una aventura o una pesadilla.
Lo que sucede a continuación gira en torno a eso, sus personajes también. El Chino, por ejemplo. Construido por capas, en dimensiones oscuras, viene a salvar a Cali proponiéndole algo descabellado: afanar el club del barrio. Otros personajes llenan la escena y como pasa en las novelas bien construidas vienen a hablarnos de él. Llegamos a partir de ellos a conocer más a Cali, al lugar de dónde salió y comprender por qué escapó cuando lo hizo.
Como en otras de sus obras, Convertini retoma la relación con una madre que espera otro futuro para su hijo, los amigos, la prostitución, el barrio y logra que el camino del narrador sea un camino hacia la comprensión. Asistimos a la búsqueda de un entendimiento. No sé si el escritor haya logrado, al terminar la novela, entender algo más acerca de la condición humana, no sé si todos los lectores que lean esta novela lo harán, yo sé que el capítulo del padre dejó en mí una pregunta, que ahora me toca responderla y eso para mí es literatura.
Ambos pertenecen a la editorial Viajero Insomne, los leí el año pasado y por esas cosas del día a día no llegué a comentarlos. Tampoco es que hoy tengo mucho tiempo, así que seré breve, diré: Si te gusta la poesía, leelos.
Y como para muestra bien vale un glotón, acá un poema de cada:
HAY UN ECO QUE VUELVE DESDE EL AGUA Y REBOTA EN LAS PAREDES
como gorrión caído luchando por salir de la maceta
una centrífuga de frases dichas al pasar
que no siempre alcanzan la conversación
como si estuvieran ahí para armar por años
un rompecabezas y cada día un pieza nueva
llegara con el viento y la voz cambiada
casi un susurro, para perderse al fin
esfumarse, entre la niebla bajando
sobre pequeños botes que cruzan lo negro del río.
(Pequeños botes cruzando lo negro del río- Martín Vázquez Grillé)
El mundo se puso patas para arriba cuando hice castrar a mi perro. Su comportamiento mejoró sustancialmente y yo estaba muy conforme. Dejó de perseguir a las perritas, no se ponía tenso frente a los machos, hasta dejó de mostrar los colmillos. El problema era que les hizo perder la cabeza demasiadas veces. En especial a los jóvenes, inexpertos, pero también a los grandes con sus sentidos debilitados, se pegaban a él, olvidándose de sus dueños. Bueno, Floki, pero sino es una perrita, se sonreía una mujer mayor. Continuamente tenía que estar explicando a los desconocidos que mi perro era macho, entonces ellos tiraban de la correa de sus perros. Lo más divertido eran los encuentros con los vecinos, que antes ponían en guardia a sus hijos contra mí y ahora en cambios, sus perros se babeaban alrededor del culo de mi perro. La señora del décimo piso se puso colorada como un tomate arrastrando a su terrier, mientras que otros después por prevención ¿para no pasar vergüenza? cruzaban la calle y nos evitaban haciendo un gran desvío. Tuvimos que buscar compañía en terrenos desconocidos. Y para que pudiera correr con otros perros, preferí no hablar de su sexo. Me parecía que no tenía sentido hacer de mi perro el campo de batalla para cambiar el mundo. Y mis críticos evaluaron que yo estaba evolucionando porque pasé de los poemas de maricas a los poemas de perros.
Esta semana se produjeron dos hechos significativos para la militancia LGBT en Chile. La muerte del escritor y militante, Pedro Lemebel, y la aprobación en el Senado de la ley de Unión Civil que reconoce derechos y obligaciones para personas, sin importar el sexo, que convivan. Si bien no incluye filiación, con lo cuál parejas del mismo sexo siguen sin poder tener los mismos derechos que las otras parejas, en Chile el Movilh, principal agrupación LGBT, lo tomó como un avance hacia el reconocimiento de derechos para personas del mismo sexo que conviven y – aseguran- el puntapié inicial para llegar a la Ley de Matrimonio igualitario que en Latinoamérica sólo tienen Brasil, Uruguay y Argentina. Yo digo, que pidan más.
Unos días antes, el 23 de enero, falleció Lemebel de un cáncer de laringue, a los 62 años. Para quienes no lo conocen, fue un excepcional cronista y poeta chileno que logró cruzar obra y militancia LGBT como forma de existencia. Cada vez que Pedro Lemebel participaba en un festival, tenía presencia en una lectura, en la presentación de un libro, aparecía con un punto de vista comprometido que se salía de lo esperado, incluso de lo políticamente lgbt esperado. Fue un escritor que construyó a sus lectores desde su identidad de gay latinoamericano pobre.
Estamos hablando del hijo gay de un panero chileno que nació en los ´50, vivió en un barrio marginal y terminó dando conferencias en Universidades como Harvard y Stanford. Y más allá de esas conferencias y esas universidades, o los premios, estamos hablando de un escritor que logró retratar la homosexualidad chilena en una sociedad, que por supuesto, cerca de los ´70 y ´80 le daba la espalda a ese mundo y aún hoy lo hace en su legislación.
Empezó a publicar luego de que lo echaron por gay y por rojo de las escuelas donde daba clases de arte. Su primer libro fue “La esquina es mi corazón”. Pero la obra que lo hace más conocido fue la que publicó en 1996: “Loco afán, crónicas de sidario”. Ese libro se editó primero en Chile y luego en 1999 por Anagrama en España, con la ayuda de su amigo Roberto Bolaño. Es un libro que recopila historias sobre el virus del HIV y sobre el SIDA en América Latina. Allí podemos leer a personajes como la Loba Lamar, la Chumilou y la bella carta a Lyz Taylor o los perfiles de Joan Manuel Serrat, Raphael y Rock Hudson, llenos de delirio y verdad.
En 2001 publicó su primera novela “Tengo miedo torero”, que cuenta una historia de amor durante la dictadura de Pinochet, año 86. Al poco tiempo, Lemebel recibió la Beca Guggenheim. Luego publicó dos libros de crónicas: “Zanjón de la Aguada” y “Adiós Mariquita Linda”, donde retrató al mundo gay de distintas clases sociales de Santiago de Chile.
Lemebel criticó muchas veces al estereotipo homosexual, blanco, adinerado. En su texto “Crónicas de Nueva York, Bar stonewall”, muestra cómo no encuentra su lugar dentro del movimiento lgbt internacional, y en esa falta, la necesidad de construir la identidad latinoamericana no heterocentrada. No era fácil agarrarlo. Como un pez aceitoso buscaba su lugar y al hacerlo creaba lugar para muchos otros. En esa búsqueda, fue que escribió textos sumamente importantes para la posteridad, como lo sería “Manifiesto. Hablo por mi diferencia“, un texto que lee en medio de una reunión de izquierda donde pregunta cuál será el lugar de la homosexualidad en el movimiento.
¿Tiene miedo que se homosexualice la vida?
Y no hablo de meterlo y sacarlo
Y sacarlo y meterlo solamente
Hablo de ternura compañero
Usted no sabe
Cómo cuesta encontrar el amor
En estas condiciones
Usted no sabe
Qué es cargar con esta lepra
La gente guarda las distancias
La gente comprende y dice:
Es marica pero escribe bien
Es marica pero es buen amigo
Súper-buena-onda
Yo no soy buena onda
Yo acepto al mundo
Arriesgado, intenso, certero, se fue Pedro Lemebel dejando un enorme camino en las letras y en la representación de un mundo que ya no existe, pero que sin duda, él ayudó a retratar de manera más amplia.
Más de un millón de personas en el mundo leyeron este libro que lleva un gran título como anzuelo. Delphine De Vigan es una autora francesa bastante particular. Su estilo circula entre una especie de diario íntimo, biografía autorizada (porque así le gusta presentarlo a ella) y ficción. ¿Pero quién es esta mujer?
Es una francesa de unos cuarenta y pico de años que publicó su primera novela en 2009, “No y yo”. Luego, editó “Las horas subterráneas”. Pero la novela de la que voy a hablar hoy es su última novela que ganó cinco premios europeos prestigiosos (miren wikipedia, no me importa hablar de eso acá) y fue publicada por 20 editoriales extranjeras.
¿Por qué se convirtió en bestseller? Porque es una buena historia entre madre e hija. Una historia que viene a completar otro libro de ella que es “Días sin hambre” donde comienza a contar su vida pero cambia su nombre y los nombres de quienes la rodean. Acá no. Este libro comienza con el suicidio de su madre, en 2008 y va relatando cómo la autora en primera persona intenta reconstruir la vida de esa madre que ya no está y que dejó muchos agujeros, misterios, datos que nadie en principio quiere corroborar. Entrevista tíos, una abuela, primos, a su propia hermana y a su memoria. Así va armando la historia de quien fue su madre, pero además, y esto es lo más interesante, de la mujer por fuera de su madre. Las internaciones psiquiátricas, la enfermedad, el posible desencadenante de la locura que va a involucrar a toda su familia.
Sin buscar con esto perdonar a su madre, la autora busca poder dormir de noche y entender un poco más su propia vida.
A propósito de la gira del Papá Francisco por Asia, traje un libro que me parece interesante porque trae a colación uno de los problemas que la Iglesia católica siempre enfrentó y sigue aún enfrentando ¿Qué, cuál es? Su bastión: La familia. El concepto de familia como base del sistema de creencias y valores que predican.
Mientras que en el mundo occidental el foco está puesto en la aceptación de familias homoparentales, esto quiere decir familias compuestas por dos mamás o dos papás. En su gira Francisco se encontrará con otros tipos de conformaciones familiares como- por ejemplo- las familias compuestas por una mujer y varios hombres.
El libro que traje se llama Mujeres de muchos hombres y fue escrito por el periodista argentino Ricardo Coler (tal vez lo conozcan porque es fundador y editor de la revista La mujer de mi vida). No es el primer libro donde Coler se mete a investigar el rol de la mujer en otras culturas. También escribió El reino de las mujeres (2005), y Ser una diosa (2006).
En este libro, Coler cuenta su viaje a Ladakh, un lugar cerca del Himalaya, donde la poliandria es oficial. En ese viaje se va reuniendo con diferentes familias e intenta hablar con las mujeres, las cabezas, de esas familias. En algunas casos lo logra y en otros fracasa. Pero qué es lo interesante de este libro.
En principio varios datos antes de hacer un análisis, las mujeres se casan con un marido y con varios de sus hermanos. Viven todos juntos. Ella va pasándose noche a noche de habitación o ellos van a la suya, dependiendo de la familia. La mujer tiene hijos con todos ellos y todos les dicen papa a los hombres de la casa. A veces una mujer cercana a los 35 años puede tener un marido de 45, otro de 35 y otro de 19.
Pero ¿por qué hacen esto? Las razones de las mujeres son claras. Cualquiera diría que es un sistema que hay que adoptar ya mismo. Yo no podría porque Lalo tiene sólo hermanas mujeres. Pero Cocó podría hacerlo con Diego y Esteban por ejemplo. En primer lugar porque se aseguran más entradas de dinero y además porque si alguno muere o decide irse su hogar no va a estar en peligro. Los hombres en general en esas zonas deben viajar para trabajar, es entonces también una forma de asegurarse que la mujer no le va a ser infiel.
Queda resolver ¿Por qué los hombres lo hacen? Bueno, porque quieren mantener su familia de origen y creen que es la mejor forma porque de otra manera, muchas veces pasa, que – dicen ellos- las cuñadas se pelean y la familia se dispersa.
La pregunta final que nos queda es: ¿Tendremos en un futuro una Iglesia católica lo obligadamente tan blanda e invertebrada que pueda no sólo aceptar sino acunar bajo su seno a este tipo de familias?
(Columna Radio Ciudad. Séptimo Día. Domingo 11.01.2015)
El libro del que está hablando todo el mundo hoy se llama SUMISION, es la última novela del polémico escritor francés, Michel Houllebecq. ¿Por qué está hablando todo el mundo de este libro? Bueno, porque se publicó unas horas antes del atentado a la publicación Charlie Hebdo en Francia y es una novela que está situada en el 2022 en ese país donde gana las elecciones presidenciales un grupo musulmán. Ahora les voy a contar más acerca de esta novela, pero antes que nada quién es el autor.
Probablemente muchos conozcan a Michel Houllebecq por su novela “Las partículas elementales” (en 1998 fue el fenómeno literario del año). En aquella novela lo que Houllebecq se recibe de polémico porque plantea con mucho humor y sarcasmo una crítica a la Generación del mayo ´68. Es la historia de dos hermanos, uno biologo y otro profesor de literatura que fueron abandonados de niños por su madre hippie que se quedó a vivir a una comunidad en California. La novela muestra como estos dos hombres, cuarentones, se relacionan con la sexualidad y pone en evidencia como la sociedad da lugar a una velocidad tal del placer que no deja tiempo al deseo, y sin deseo lo que aparece es la desesperación.
Apenas cuatro años antes había publicado su primera novela “Ampliación del campo de batalla”. También publicó “Lanzarote”, “El mundo como supermercado”, “Enemigos públicos e Intervenciones”. Todas novelas publicadas por Anagrama. Pero a mí también me gustaría rescatar su poesía, recientemente publicada en Argentina por Anagrama (2012). Donde se puede observar su modo de ver el mundo. Por ejemplo en uno de los poemas que yo encontré esta mañana dice:
“Toda sociedad tiene puntos débiles, sus llagas. Meté el dedo en la llaga y apretá fuerte. solo así serás verdadero”.
Qué hizo esta vez, bueno justamente meter el dedo, el codo, la cabeza en la llaga. Porque el mismo día del atentado a la publicación Charlie Hebdo, se publica oficialmente “Soumission” (Sumisión), un libro de política-ficción sobre el triunfo de un partido musulmán en francia. La editorial que no es Anagrama sino Flamarion tuvo que reforzar la seguridad.
Sumisión hace referencia a la traducción de la palabra Islam, que significa Sometimiento a Dios. Estamos hablando de una primera tirada de 150.000 ejemplares. El sábado anterior al atentado, en una entrevista, Houllecbeq decía “Utilizo el recurso de asustar”, y seguía “no se sabe bien de qué se tiene miedo”, si de la extrema derecha o de los musulmanes.
La novela está situada en 2022, al final de un hipotético segundo mandato del presidente François Hollande. En una Francia fracturada, Mohammed Ben Abbes, líder imaginario del también ficticio partido de la Fraternidad Musulmana derrota en las elecciones al Frente Nacional de Marine Le Pen en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales gracias al respaldo de los partidos tradicionales de izquierda y derecha. El nuevo jefe de Estado es presentado como un musulmán “que defiende valores”: patriarcado, poligamia, velo islámico, que las mujeres regresen al ámbito exclusivo del hogar, fin de la libertad de conciencia y conversión al Islam. Francia se transforma por completo, al igual que el narrador, un profesor de la Sorbona convertida en “Universidad Islámica”.
En 2001 el escritor fue llevado a los tribunales franceses por cuatro agrupaciones musulmanas que lo denunciaron porque en una entrevista dijo que el islam era la religión más tonta. Lo cierto es que hoy la promoción del libro se canceló y nadie sabe dónde se encuentra Houllebecq, que al parecer dejó la París. Muchos dicen que se fue de la ciudad por miedo (abono esta teoría), pero lo cierto es que no es la primera vez que huye en medio de la presentación de un libro suyo. Lo hizo el año pasado cuando sacó su propio documental, que recomiendo, “El secuestro de Michel Houllebecq”
Hace mucho que no escribo en el blog porque anduve en/con/contra/ ésto:
mi nuevo libro, un estudio sobre la literatura LGBTTTI para niñxs. Salió publicado por el sello Título de Blatt & Ríos y estoy muy contenta porque ya se consigue en librerías.
Hace un tiempo me prestaron este libro que disfruté sobre todo por el planteo que hace del cuento. Son relatos cortos, ágiles, de vuelo rapaz, que con humor e ironía (incluso -algunos- con misoginia) dan golpes certeros y entretienen. Le saqué fotos al cuento que más me gustó porque tenía que devolver el libro y mi intención era pasarlo para postearlo acá, pero nunca encontré el tiempo. Así que, antes de que vayan a parar a la papelera de mi vida. Se los dejo.
Escuché este sábado a Griselda García en El Rayo Verde, ciclo de poesía organizado por Osvaldo Bossi, y me encantó. A Griselda ya la conocía por el poeta amigo Jorge Santkovsky, pero no la había leído. Ahora no sólo me traje su libro La ruta de las arañas, sino también este último poema que leyó y luego me contó tiene su respectivo corto. Con ustedes: Las grandes aguas.
Debe ser de los últimos besos sin razón así porque sí.
No hay explicaciones ni suceso para este acercamiento,
es un padre que abraza a su hijo y le estampa un beso
en su mentón áspero y ralo.
*
Son esos momentos de gracia. Es medianoche y apretados los tres
en el asiento trasero de un taxi vamos de una punta a otra de la ciudad/.
Ellos hablan de fútbol, de jugadores, de estadísticas y campeonatos
ganados por la azul y oro. La felicidad me atraviesa no sé por qué
mientras dormito y mi cabeza cae y se levanta sin cesar.
*
Estamos solos en la plaza sin nada que hacer
hay que inventar algo y empezamos a patear una pelota.
La espalda duele, los muslos también y ellos corren
tienen 13, 16 y juegan con su padre.
En un esfuerzo por seguir juntos ellos me acompañan.
*
El frío nos rodea en este invierno y los cuerpos se fatigan
solos ateridos por el frío que cala los huesos.
En el atardecer se impone un juego de mesa de esos
que me aburren siempre. Me obligo y ellos me empujan
a ganar y perder. Sus sonrisas, sus gritos de bronca
me hacen sentir vivo
*
Se asoma niño en los títulos de la película de Temple: The futureis unwritten. Aprieta mi mano en este cine de Villa Urquiza mientras
nos hace saltar de la silla ¡White riot – I wanna riot , White riot,a riot of my own ! Strummer grita desde la banda sonora y juega de chico/
en una hamaca desde la pantalla, ¡a que va a asaltar los barrios blancos
de Londres!
*
Me pide una guitarra. Miramos varias. Cualquiera, me dice. Y yo señalo
cuál mientras él se preocupa por una armónica que pagará de su propio/
bolsillo. La elige como si fuera un experto. La observa, ella baila
sobre su mano izquierda, y la pone entre sus labios para hacerla vibrar.
*
El gusto por el vinilo es, muchas veces, una lucha inútil por recuperar
lo que ya no existe. Así se suceden infinitas escenas por el disco
que se escucha mal, la púa que se gasta o la impedancia que hay
de un equipo a otro. Entre éxitos y fracasos nos movemos con soltura/
y otras con grave incomodidad mientras la música suena, bien
o mal, sin parar.